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4 de noviembre de 2010

Nunca digas nunca.

Es como si no existieras para él. Le necesitas. Pero él ni si quiera sabe que tu existes. Y en el fondo de tu corazón, lo sabes, pero no quieres creertelo. Porque le quieres tanto...
Es como si fueras invisible, pero te acuestas pensando en él, y al levantarte también estás pensando en él. A veces hasta te gustaría ser él solo para saber como piensa. A veces solo necesitas escuchar su voz para ser feliz. Y cada vez que escuchas una de esas canciones, que describen exactamente lo que te pasa, piensas en él. Y necesitas escucharlas. Y llegas a pensar que un día él estará contigo, y te querrá. Pero sabes que eso es casi imposible. Y ahi es cuando te das cuenta, y ese sentimiento puede contigo, y te derrumbas. Pero le quieres, y sabes que eso es lo que importa y que harías cualquier cosa por él, cualquier cosa. Y el sufrimiento está incluido en esta historia, y esta historia es de amor. Pero te sientes bien queriéndole aunque sea de esta forma. Nunca digas nunca. Porque cuando él sonríe, tu sonríes.

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