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10 de febrero de 2013

Estaba allí plantada, mirando a su alrededor buscándole, se sentía sola y perdida. En sus ojos asomaba una pequeña lágrima lista para bajar por su cara en cualquier momento, su sonrisa y su mirada estaban apagadas y le temblaban las rodillas necesitaba verle aparecer en cualquier sitio, quería chillar su nombre con fuerzas pero de pronto sintió que unos brazos la rodeaban por la cintura y le besaban en el cuello. Susurrándole al oído que estaba allí, que no pensaba dejarla sola nunca. Entonces ella respiró hondo, se secó la pequeña lágrima y sonrió justo antes de besarle en los labios y darle las gracias por no haberse ido, por haber asistido a aquella cita, por cambiarle la vida...