Páginas

29 de julio de 2013

Problema... y solución.

- ¿Qué tal? - preguntó acercándose a ella y sentándose a su lado. Sabía que no respondería la verdad, nunca lo hacía. De hecho, ni si quiera respondió se limitó a escogerse de hombros y regalarle una sonrisa triste y desganada.
- ¿Qué pasa? - volvió a preguntar para poder averiguar que le pasaba a su amiga, le colocó la mano sobre su espalda para apoyarla.
- Nada. - respondió ella con un hilo de voz. Después suspiró y continuó hablando: Ese es el problema, que no pasa nada, que nunca pasa nada. Me aburre mi vida, de hecho creo que no estoy viviendo... simplemente sobreviviendo, hace demasiado tiempo que no disfruto de nada. Es como si me hubiese olvidado de intentar se feliz, me he designado, me conformo con lo que llega y paso los días enteros haciendo lo mismo. Solo cumplo obligaciones y punto. - Miró para otro lado, respirando hondo, posiblemente intentando contener las lágrimas porque a nadie le gusta parecer frágil.
- Bueno, eso tiene fácil solución. - Dijo por fin el chico después de unos poco minutos pensando en lo que su amiga le acaba de decir. Ella volvió a mirarle, con intriga.
- Por eso te he llamado, porque tú siempre tienes solución a todas mis tonterías o problemas. - Le dijo, esperando a que su amigo le diera la solución a esa mal estar que sentía.
- Bueno, digamos que si no quieres que todos los días sean iguales o que siempre pase lo mismo tendrías que empezar por hacer cosas distintas. Arriesgarte y pensar en tu felicidad y tu disfrute en vez de en tantas obligaciones. - Después de decir eso sonrió, y la miró esperando una reacción. La chica intentó sonreír y preguntó:
- ¿Y cómo hago eso?
- Para empezar piensa en algo que te haría muy feliz, y.. a por ello. - La chica asintió. - ¿Sabes lo que quieres? - Pero no respondió, se limitó a sonreír, esta vez de verdad, con una amplia sonrisa. El chico sonrió también, había conseguido animar a su amiga... y eso era lo más importante para él, y para ella.