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25 de octubre de 2013

Os juro que le pregunté qué tal estaba y se echó a llorar, no supe que hacer y la abracé. Pero entonces lloró más, y luego no se me ocurrió otra cosa que atacarle con otra pregunta: '¿no eres feliz, verdad?'. Ya sabéis, yo y me estúpida manía de hacer preguntas fuera de lugar en cualquier momento. Sé que no tendría que haberle preguntado aquello, pero... yo que sé, me sale sin querer. Y me miró como si de repente hubiese dejado de odiar al mundo entero, o a lo mejor era más como que me odiaba por haberle dicho eso, o por saber que la respuesta era afirmativa pero el caso es que dejó de llorar y me estuvo un rato mirando. Y volví a meter la pata diciendo: bueno, no tienes que contármelo si no quieres... Y dijo: eres gilipollas. 
Asentí, porque yo sabía que ella tenía razón. Y centré mi mirada en sus labios, finos y rosas. Y no pude resistirme a acariciarselos y me miró como si estuviera loco, y es que lo estoy... un poco, ya sabéis. '¿Alguna vez has pensado en besarme?' Os juro que me preguntó aquello, y me sorprendió porque esa vez no fui yo el que la cagaba con preguntas tontas, y quité mi mano de sus labios y le quité algunas lágrimas de las mejillas y negué con la cabeza. No mentí, nunca había pensado en besarla, hasta entonces... claro. Y la besé, de verdad, la besé. Y me devolvió el beso durante unos segundos y luego se apartó delicadamente y dijo: eres gilipollas. Sonreí y le respondí que eso ya lo había dicho, y entonces se echó a reír. Fue algo extraño, pero ya sabéis como es... y como soy. Estuvimos un rato riendo, y luego nos besamos otro rato más y no recuerdo en que momento decidí que quería que mi vida fuese así para siempre, ya sabéis... con ella riendo y llorando y besándome. Más tarde le dije que no dejaría que volviera a ser infeliz nunca, y me dijo que no era infeliz... solo que a veces se le olvidaba ser feliz. No lo entendí muy bien, pero no quise volverla a cagar preguntándole y eso. ¿Nunca habéis pensado en que es rarísimo como ocurren las cosas?


16 de octubre de 2013

Estaba a punto de entrar, de verdad, estaba ya en la puerta pero entonces le vi a lo lejos sonriente hablando con dos o tres personas y tuve el impulso de darme media vuelta. Me sentí tan absurda por haberme arreglado tanto, como si fuera a fijarse en mí o algo por el estilo. Y me sentí tan imbécil por haber creído que yo era más especial que todos los amigos que había invitado a aquella fiesta, que decidí marcharme antes de incluso haber entrado del todo. Y dí dos pasos hacia la calle justo cuando noté su mano en mi brazo, podía haber sido la mano de cualquiera porque yo estaba de espaldas y no pude verle cara hasta que me giré, pero supe que era su mano porque se me erizaron y sentí un escalofrío, y ninguna otra mano podía hacerme sentir eso.
- Ey, ¿a dónde vas? - me pregunto, con esa sonrisa que pone siempre. Yo también le sonreí y después me quedé mirando sus ojos, y su pelo y su bonita cara en general unos segundos mientras pensaba una respuesta.
- Tengo que irme... solo venía a saludar... - que respuesta más estúpida elegí.
- Pero, si ni si quiera has saludado... ¿por qué te vas tan pronto? Esto acaba de empezar. - volví a sentirme ilusionada porque se interesase por mí, pero me sentí de nuevo estúpida al instante porque él lo que quería era disfrutar de su fiesta con todos sus amigos. Y yo... era su amiga.
- Bueno, esta bien, yo me quedo... anda, vete a hacer de anfitrión y yo voy a buscar a alguien para tomar algo. - le sonreí esperando a que se fuera con alguna chica que le gustase o algo así, al fin y al cabo si celebras una fiesta en una de las casas de tus padres ricos para celebrar el fin del curso estaría bien ligar, pero no se movió.
- ¿Y no te valgo yo para tomar algo? - asentí, porque entonces volví a sentirme ilusionada, y volví a sentir el escalofrío y los pelos erizados y los latidos en el corazón y las mariposas en el estómago y todas esas cosas. - Anda, vamos... - me guió hasta una mesa, cogimos un vaso cada uno y después me agarro de la cintura para guiarme hacia unas escaleras. No sabía como sentirme, pero desde luego ya no me sentía estúpida. Me sentía bien, porque estaba conmigo... de todos los invitados que había en aquella fiesta, en su fiesta... estaba conmigo. Entramos en una habitación y nos sentamos encima de la cama y me puse muy nerviosa y entonces dijo:
- ¿Sabes? Si te hubieras ido esta fiesta no hubiese sido lo mismo...
- Bueno, hay muchos invitados, seguro que no te hubieses aburrido. - volví a sentirme estúpida por la respuesta, no sé por qué razón pero sentí que tendría que haber respondido algo mejor, más sutil posiblemente.
- Pero tú eres una invitada... especial. - la última palabra la susurró casi encima de mis labios, y me besó y fue precioso y sentí todas aquellas cosas maravillosas que hay que sentir cuando quieres a alguien y ese alguien te quiere a ti, y dejé de sentirme estúpida y ridícula y me sentí orgullosa de haberme arreglado tanto y de haber ido a la fiesta y de ser como soy.

12 de octubre de 2013

Sin ton, ni son.


Por lo que me han contado antes la gente se esforzaba un poquito más en todo -o eso me parece que quieren que pensemos-. Hemos dejado de luchar por las cosas que verdaderamente importan, ni si quiera nos esforzamos en entender los sentimientos o algo. El romanticismo parece haber muerto, o lo hemos matado. A lo mejor nos hemos cansado de tanta película ñoña, de tanta sensibilidad, o yo que sé. Tampoco tengo muy claro qué narices quiero decir con esto. Es solo que me da la sensación de que nos encerramos en burbujas de egocentrismo y nos importa demasiado el qué dirán como para intentar sorprendernos a nosotros mismos, ya no se trata del resto... si no de nosotros mismos. Poder llegar a decir: joder, nunca pensé que sería capaz de hacer esto o aquello.
Ya da igual, solo soy yo escribiendo parte de mis pensamientos desordenados y desgastados sin ton ni son. Bonita expresión.

8 de octubre de 2013





Sería bonito poder coger una mochila llena de ropa, algo de comida y todo el dinero que tenga y viajar. Recorrerme el mundo sin más, llegar a rincones insólitos y explorarlo todo. Admirar las diferentes culturas, vivir aventuras buenas y malas. Reír, llorar, cantar, bailar, comer, dormir o trasnochar, ducharme, beber y leer en diferentes sitios. No sé, vivir un poco. Volar. Sacar millones de fotos y hacer sueños realidad.
Me gusta fantasear con ello. Sería bonito.