Odio tener tanto tiempo para pensar, tenía sueño y cerré los ojos pero no conseguía dormirme porque su puta imagen venía a mi cabeza como un salvapantallas automático, su sonrisa daba vueltas en mis pensamientos golpeando cada recuerdo. El sol calentaba mi cara, la música sonaba en mis oídos... Melendi canta Canción de amor caducada, me gusta esa canción. Sentía el rumrum del motor, me sentía bien por dentro, la ventanilla estaba bajada y el aire hacía que mi pelo bailase al son del tiempo, como en esas películas americanas en las que todo parece maravilloso. Respiraba paz y olía a naturaleza, árboles que pasaban rápido... Seguía pensando en él, en todos los momentos que le he tenido cerca, pensaba en las cosas imposibles que me gustaría que pasaran, en todas las cosas que le diría si tuviera la valentía necesaria, pensaba en todo lo que ha cambiado mi vida, y en todo lo que me gustaría que cambiase... y como si algún día fuera a decírselo o algo así saqué un cuaderno y un bolígrafo de la mochila que tenía entre las rodillas y aunque me mareé un poco empecé a escribir...
"Le he dado demasiadas vueltas a esto, he pensado mil formas de decírtelo... millones en realidad. Me he vuelto loca imaginando todas las cosas que me podrías contestar y creo que ya es hora de dejarme tonterías. Seré clara, breve, iré al grano... te quiero, sí y no como a un amigo, no... ojalá fuera así pero va a ser que no, lo siento. Sé que no voy a recibir una preciosa carta de color rosa respondiendo que tú también estás loquito por mi pero de todas formas quiero que sepas que yo si que lo estoy por ti, totalmente loca por ti pero en fin, ¿que se le va a hacer? Lo dicho, que te quiero."
Después de escribirla, arranqué la página del cuaderno, la doble por la mitad 3 veces y la tiré por la ventana lejos... no sé donde cayó, no sé que pasó con aquella carta, no sé si alguien la encontró después y se preguntaría quien la había escrito y para quien... una carta sin nombres, sin fechas, sin direcciones, nada. Solo eran sentimientos escritos y olvidados cerca de una cuneta y lejos de cualquier lugar. Soñé que él la encontraba y me venía a buscar y que sin decir absolutamente nada me besaba y me llevaba a lugar exacto donde encontró la carta... soñé que nos sentábamos allí juntos mirando al cielo y deseando que el tiempo se parara ahí, justo ahí.. pero solo lo soñé porque nunca pasó nada parecido, no encontró la carta, seguramente nadie la haya encontrado todavía y seguramente nadie la encontrará jamás... son solo tonterías.