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22 de abril de 2012

Adicciones.

Soy adicta a dormir, al bizcocho que hace mi madre, a los bocadillos de jamón... a la comida en general. A los pintauñas de colores, a las pulseras y a las camisetas con dibujos. Adicta a sonréir, a pensar en la ducha, a llorar con las películas, a leer y a escribir tonterías. A deprimirse los domingos, a soñar, a vaguear y a sacar fotos absurdas de vez en cuando. Adicta a visitar bonitos paisajes, a los paseos en verano, a la playa y al sol. A salir de fiesta, a beber, a reír con las amigas y a pasar tardes o noches enteras charlando. Adicta a amores imposibles, a pasarlo mal y a tener venadas bipolares. Adicta a andar en internet, twittear todo lo que se me pasa por la cabeza, escribir en mi blog o charlar por tuenti. Adicta a los buenos recuerdos, a olvidar los malos y a cometer errores. Al color morado, a ayudar a quien puedo, a las series de antena3, a las canciones que me hacen pensar y a mi blackberry. Adicta a la coca-cola, a guardar cualquier tontería que me traiga recuerdos, a leer la cuore, a comer chicles y a las comidas familiares. A ver fotos antiguas y a que me cuenten historias del pasado. Adicta a vivir y a disfrutar de la vida todo lo que puedo. 


SUPONGO QUE NO TODAS LAS ADICCIONES SON MALAS.

15 de abril de 2012


Aprendí a vivir de los sueños, aprendí a encerrarme en mi propia realidad, aprendí a esconder sentimientos, aprendí a engañar al mundo entero con falsas sonrisas, aprendí a llorar en silencio... Aprendí demasiadas cosas, pero nunca aprendí a olvidar.

9 de abril de 2012

Por un día.

Imagina por un momento, que por un día, sólo por un día, las cosas salen exactamente como yo quiero que salgan. Me levantaría por la mañana y no tendría que perder tiempo en peinarme ni en pensar la ropa que ponerme, porque mi pelo estaría genial y en mi armario toda las opciones serían aceptables. Las tostadas no se quemarían y no habría que ir a clase, podría estar toda la mañana tranquila, relajada... ¿haciendo qué? pues quien sabe, leer, ver la televisión o andar en el ordenador. Después de comer, mi comida favorita por supuesto, podría comer todos los postres que me diese la gana sin engordar demasiado ni encontrarme llena o con dolor de tripa después. A la tarde saldría a pasar el rato, podría incluso ir a la playa, haría sol, un tiempo fantástico, todo saldría bien. Hasta podría recibir una llamada tuya o algo así... sin hacer nada, sin luchar por lo que quiero ni complicarme la vida. Sería algo cómo: ey, que te quiero... oh, genial, yo también a ti. Y punto final. Si las cosas saliesen por un día exactamente como yo quiero que salgan estaría contigo un rato también, me besarías eternamente, con todo el cariño del mundo. Y me harías feliz, supongo... Pero, pensándolo bien... nada de eso tendría ningún mérito, si las cosas saliesen exactamente como yo quiero que salgan, sin ningún esfuerzo, no habría conseguido nada. Un día así sería realmente aburrido, sin errores de los que aprender, sin cosas por las que luchar. Pensándolo bien... es mejor así.

2 de abril de 2012

Las promesas están para cumplirlas.

- Necesito que me prometas dos cosas.
- Claro, dime...
- Prométeme que nunca cambiarás conmigo.
- Prometido... ¿qué más?
- Prométeme que cumplirás tus promesas.
- Hecho.