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27 de septiembre de 2012

ilusión.

Vi como el sol se alejaba de allí dándole paso a la luna, que esa noche llegaba llena. Dispuesta a alumbrarnos la noche, igual que yo... yo también estaba dispuesta a comerme el mundo, necesitaba hacerlo, ser fuerte. Me subí a unos tacones demasiado altos, pero sin miedo a caerme sabía que no me haría daño, no estaba dispuesta. Cerré la puerta al salir de casa y guardé las llaves en el bolso, un bolso enorme... perfecto para mi estado de ánimo, conjunto con el resto del modelito. Empecé a andar haciendo ruido, feliz, con la cabeza bien alta. Por fin había decidido salir de mi habitación y demostrarle al mundo que lo había superado, que nada podría derrumbarme más, por fin me había vuelto a sentir fuerte. Pero poco tiempo duró esa sensación, hasta que le volví a ver... su sonrisa, su mirada. Entonces me volví a hacer pequeña, me caí de los tacones y las llaves golpearon en el suelo cayéndose del bolso, haciendo más ruido que yo. Me volví de nuevo débil, y me di media vuelta para volver a casa. Que incrédula fui, nunca había sido fuerte, nunca he llegado a serlo, era solo una ilusión.