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14 de enero de 2013

Personas.

Personas que hablan solas con la tele, que lloran al reírse y que meten el dedo al abrir un bote de nocilla o nutella. Personas que pueden tirarse horas al teléfono, que mientras cocinan destapan la cazuela y huelen la comida, personas que tararean o silban a todas horas... que viven con ritmo. O personas que aprovechan los días festivos para dormir hasta las tantas, personas que saben de todo, que lanzan besos al aire y que se muerden las uñas. Personas que te conocen más que tú mismo, que saludan con una sonrisa o agitando la mano. Personas que van corriendo a los sitios, o personas que van despacito observando lo que hay a su alrededor. Personas que beben y fuman, bailan, duermen y sueñan. Personas que tienen mascotas o no. Personas que leen los carteles que se encuentran por la calle, personas que leen el periódico en un bar mientras se toman un café, que llevan cascos cuando viajan en tren o autobús. Personas que dudan, ven, que tienen miedo, que ayudan a los demás, personas que no saben lo que quieren y personas que luchan por conseguirlo. Personas de aquí o de allá. Personas que son madres o padres, tíos o tías, primos, primas, hermanas o hermanos, abuelos o abuelas, hijos o hijas, nietos, nietas... personas que son. Personas que no saben si hay que tirar o empujar para abrir algunas puertas, personas que compran, venden, trabajan y gastan. Personas que besan, muerden, andan, chupan y gritan. Personas jóvenes o personas mayores. Personas que miran por la ventana, que se miran al espejo, que escriben. Personas que intentan ser libres... y no pueden, personas que lo creen que lo han conseguido. Personas que viven en casas de lujo, personas que viven en la calle, personas con dinero, personas sin dinero. Personas que no pueden oír, que no pueden ver, que no pueden andar, pero que sienten. Personas. Personas que viven su vida, sin más.

PERSONAS, y ya está.