Páginas

29 de noviembre de 2013

En el momento en el que dejas de ser lo que eres solo por complacer al resto te pierdes a ti misma.
Dejas de lado todo lo que eres en realidad, tu forma de pensar, tus ideas, tus gustos... lo que te hace ser única, y te conviertes en otra más -como esos a los que querías complacer-. Pensando lo que quieren que pienses, haciendo lo que quieren que hagas, como un robot programado, sin impulso o poder de control.
Y todo esto por no sentirte apartada, que ahí es dónde está el problema... nos da por pensar que tenemos que ser todos iguales y es una gran gilipollez. ¿O no cambiabais los cromos cuando los teníais repetidos? ¿Por qué narices iban a necesitarse en el mundo millones de personas iguales pudiendo tener toda esa cantidad de ejemplares únicos?