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30 de agosto de 2013

Historias de razones para escapar (2)

No tenía muy claro en qué momento aquello que le hacía feliz se convirtió en una pesadilla, no podía decir con exactitud cuando su hogar pasó a ser su cárcel pero estaba cansada de todo. Estaba cansada de levantarse cada día y acostarse cada noche pensando en la idea de acabar con su vida, y no ser capaz. No podía soportarle, a él, a sus continuos gritos e insultos. Odiaba su trabajo, de hecho, odiaba todo lo que formaba parte de su vida. Sus sueños y deseos de cuando era joven se habían alejado tanto de ella que ni si quiera recordaba lo que un día quiso conseguir. 
Hay días que son exactamente iguales que el resto pero te cambian la vida, por alguna extraña razón. Una mañana de un día cualquiera se levantó y en vez de prepararse para ir a trabajar recogió todas sus cosas en una maleta y escribió una nota sencilla, directa y clara: 'no aguanto más, me voy. Por favor, no me busques.' 
Después con el poco dinero que tenía en el bolsillo cogió su coche y salió de la ciudad, escapó... porque era lo que necesitaba.

'Pueden pasar muchas cosas que te hagan escapar a otro lugar, huir no siempre es de cobardes. A lo mejor solo huyes para encontrar algo mejor, no es una huida... es una búsqueda.' 
- Ella encontró su libertad, y nuevos sueños.