Claro, que si no te permites a ti misma sentir nada no correrás el riesgo de que los sentimientos te defrauden, ni de llorar o reír. Si no te relacionas con nadie, no te harán daño. Y, por supuesto, si no sales de casa no te podrá atropellar un coche, si no haces los exámenes no suspenderás, si no andas o corres no te caerás. Si no hablas no dirás nada de lo que puedas arrepentirte. Porque si no lo intentas no fallas. Pero no intentarlo es fallar también, ¿no?
Si vives mueres, pero es que si no vives... también.