Te quiero... ¿qué como lo sé? porque de pronto soy adicto a cada movimiento que haces, a tu risa y al olor de tu pelo. Porque eres lo mejor que me ha podido pasar y no puedo evitar sonreír al pensar en tus besos y abrazos, porque los recuerdos hacen que un escalofrío recorra mi cuerpo entero, de pies a cabeza y porque mi corazón grita tu nombre en silencio cada veinte segundos.