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29 de noviembre de 2011

Feliz...

...como cuando te levantas la mañana de navidad y vas corriendo a despertar a tu hermano pequeño para abrir juntos los regalos, como cuando terminas de ver una película o de leer un libro que te encantan, como cuando hace mucho frío y te metes en la cama calentita. Como cuando en verano sientes los dedos del pie en la arena y las olas golpeándote suave, como cuando vas de fiesta y has bebido unas comas de más y bailas como loca, como cuando ese chico especial te sonríe, como cuando apruebas un examen después de haber estudiado mucho, como cuando encuentras tu talla exacta de la camiseta que estabas buscando en aquella tienda, como cuando te quitas los zapatos después de haber andando muchísimo. Como llegar a casa y que haya tu comida favorita para comer, o como cuando ves a alguien que llevabas mucho tiempo sin ver. Como cuando te abraza fuerte alguien que quieres mucho, como cuando ves fotos de buenos momentos y recuerdas cosas increíbles. 
Feliz, como todas aquellas veces que has sentido que nada podría joderte el día.

27 de noviembre de 2011

Sigue adelante.

Y cada vez que te des la vuelta mientras caminas el pasado estará ahí, te sonreirá y tendrás ganas de darte la vuelta y volver a aquellos buenos momentos, pero no puedes, y no debes hacerlo tienes que mirar al oscuro camino que viene delante y esperar que al final de toda aquella oscuridad y tristeza venga un sol más grande que el de ayer, que habrá gente que curará las heridas que te hagas en aquel camino oscuro y triste y que podrás volver a ser feliz como en el pasado pero sin mirar atrás... 



24 de noviembre de 2011

Y ahora que ya no hay nada mejor que hacer... 

¿soñamos?


17 de noviembre de 2011

Por todas las palabras dulces que salieron de tu boca.


Por cierto, hay unas cuantas cosas que siempre quise decirte y nunca me atreví... ahora que esto se acaba pues... ¿sabes qué?  Odio la manía que tienes de acariciar y oler mi pelo por la mañana, y odio el escalofrío que me recorre todo el cuerpo cuando lo haces. Eres insoportablemente divertido e inteligente. No soporto tu mirada porque me hace volverme loca, ni la sonrisa que pones cada vez que me ves. Y tus caricias y besos son los más odiosamente perfectos del mundo, y... lo que más odio es pensar que se acaban todas esas cosas y que posiblemente se las harás a otra, aunque no creo que nadie pueda llegar a odiarlas tanto como yo.

14 de noviembre de 2011

Quiero volver a verte.

Adiós, pero no para siempre, de hecho ojalá nos volvamos a ver. Ojalá dentro de unos cuantos de años nos encontremos en un café de alguna ciudad cercana... entonces me preguntarás qué tal y podré decir con orgullo y una sonrisa en la cara que estoy genial, que conocí a alguien de verdad especial y que te olvidé completamente... podré decirte que no causaste tanto en mi como esperabas y que no me volví loca sin ti... Ojalá tú no puedas decir lo mismo... y me mires con melancolía y deseo, pero entonces será tarde. Ojalá nos volvamos a ver...

11 de noviembre de 2011

relax.

Durante esta noche haré que no me importen los siete exámenes de la semana que viene, intentaré relajarme y no pensar en todo el dinero que me gastaré mañana de compras, esta noche olvidaré los pájaros que tengo en la cabeza y todos los cacaos mentales que me creo yo solita, esta noche pasaré de esas historias imposibles que no me dejan pensar en otra cosa, no miraré mi mochila llena de libros, ni la habitación revuelta, ni esperare ese sonidito desde mi ordenador que indique que alguien interesante me ha empezado a hablar... no, esta noche voy a descansar, soñar y olvidar. No tengo ganas de nada más, ahora mismo no, mañana ya pensaré en todo lo que me espera.

8 de noviembre de 2011

Mamá, déjame que te explique.

- Verás... Todo empezó cuando me pidió que le mirara acariciándome la barbilla con su mano, una mano grande, suave y caliente. Le miré, me sonrió y me beso en la mejilla comiéndose mis lágrimas. Me susurró que eran saladas, y me hizo reír. Me entró rabia por tanta tontería y tanto romanticismo para nada, porque al final aquello era una despedida, y por muchas cosas bonitas que me dijera no podía quitarme de la cabeza que se iba lejos y la distancia nunca fue una solución... lo habíamos hablado, y habíamos decidido que no podríamos hacer nada, en cuanto se subiese a ese avión rumbo a la otra punta del mundo lo nuestro se acabaría. Vente conmigo, me dijo, pero yo no podía irme hasta allí, mi vida estaba aquí... aunque él era parte de ella, gran parte. Me besó y me dijo que me quería, que yo le había enseñado lo que era querer a alguien de verdad. Le miré, y sentí sus ojos brillantes clavados en mi entonces me di cuenta de que no podría vivir sin él, no quería más tonterías y lágrimas de despedida así que... entonces de mi boca salieron las palabras 'me voy contigo' exactamente al mismo tiempo que él dijo, 'me quedo contigo', casi ni se pudo entender... Nos reímos y cuando sonó el último aviso para los pasajeros de su avión me dijo: '¿Siempre habías querido ir a París verdad?' 'Sí... tiene que ser precioso.' Le contesté con sorpresa.. Y su sonrisa aumentó, exageradamente cuando dijo: 'Perfecto, sale en media hora, tengo bastante dinero así que vamos a comprar unos billetes.' Le contesté que no tenía ropa... y insistió diciendo: '¿Llevas tus tarjetas y algo de dinero no?' Asentí con la cabeza y sonreí. Me beso y dijo: 'Pues ya está, no necesitamos nada más. Vamos a cometer esta locura juntos, a mi me esperan en Australia para firmar un contrato importante, a ti mañana en la facultad para presentar el proyecto. Pero no vamos a aparecer ninguno de los dos, y si alguien pregunta diremos que estamos siendo felices, sin más.' No me lo podía creer, pero entonces fui la chica más feliz del mundo. Solo compramos un billete de ida, y me monté en aquel avión hacía París sin saber el tiempo que iba a estar allí, o como nos las íbamos a apañar, ni donde iba a dormir, ni que iba a comer... lo único que sabía era que iba a vivir momentos increíbles y que nunca había querido tanto a nadie. Así que por eso, mamá, llevo dos días sin contestar el teléfono y no he aparecido por la facultad, y solo te he llamado para que sepas que estoy bien, estoy mejor que bien.
- Que seas muy feliz hija, disfruta en París...
- Mamá...
- ¿Qué?
- ¿No estás enfadada?
- ¿Porqué iba a estarlo? Ojalá todo el mundo hiciese lo mismo que vosotros y escapase de la rutina de vez en cuando. Es genial.
- Te quiero.
- Y yo hija.

3 de noviembre de 2011

Lo que pasa por mi cabeza durante un largo silencio...

Silencio, odio los silencios incómodos.
Nunca sé a donde mirar ni que decir y menos si él está delante...
tengo la tentación de mirarle a él, y olvidarme de los demás... 
aunque en ese caso, también tengo la tentación de ir y darle un beso...
pero hablo de un beso de verdad, dejarle sin aliento y que todos nos miren sorprendidos...
tengo demasiadas tentaciones cuando está cerca...
también me gustaría agarrarle de la mano y tirar de él... 
correr...
¿a dónde? da igual, no importa...
me iría con él y punto...
Pero aquí estamos, todos, con todos me refiero a nuestros amigos...
somos siete colegas totalmente diferentes que se juntan a hacer gilipolleces, cuatro chicas y tres chicos...
dos de ellos son pareja... chica y chico. 
Después hay otros dos, chica y chico también, que acabarán juntos, están hechos el uno para el otro pero no se dan cuenta y se engañan a si mismos creando historias de amor absurdas con desconocidos de una noche.
Luego está la que queda con nosotros solo cuando se aburre, mejor dicho cuando no tiene un tío metido en su cama. 
Y luego estamos él y yo... estoy enamorada de él, pero no sé como decírselo...
todos los saben, todos menos él. 
Por esto odio el silencio, porque no puedo dejar de pensar, y pensar, y pensar.
Y escribir en este cuaderno que siempre conmigo y nunca enseño a nadie... 
No sé porqué hemos quedado, cada uno está a su bola... todos tenemos cosas en que pensar. Supongo.
Más silencio. Lo odio...
- Se acabó, no soporto este silencio.
Todos me miran y sonríen. Y él... entonces me doy cuenta de que es ahora o nunca, no sé porque... 
llevamos tres años siendo grandes amigos, los siete, y les miro a todos y veo que llevo demasiado tiempo ocultando lo que siento. Le miro y lo suelto.
- Os quiero, os quiero muchísimo a todos, sois los mejores amigos que podría tener. Pero a ti no te quiero de ese modo... y estoy harta de ocultarlo, de aguantarme las ganas de besarte cada vez que estamos juntos y de tener que hacer como si nada. 
Cojo mis cosas y me voy...
quiero que venga detrás mío, pero no creo que lo haga...
tampoco sé que le diría en ese caso.
He visto las sonrisas de los demás cuando lo he soltado. Como si llevasen esperando todo este tiempo para que hiciese algo así...
puede que por eso formaban esos silencios...
- Yo también.
Miro para atrás, ahí está...
se acerca...
al final no ha hecho falta que diga nada...
me ha besado, se acabó, ahora sé lo que es de verdad estar flotando.
Y sé que los silencios me obligan a hacer cosas que cambian mi vida...

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Hoy ha tocado cambio, me refiero al look de mi blog.. y para inaugurarlo he escrito esta tontería de texto, he ido escribiendo todo lo que se ha pasado por mi cabeza en el momento, así sin más.