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8 de marzo de 2011

Lo perfecto...

No era el lugar de sus sueños, no era el momento adecuado, no era un día perfecto. No. Eran recién conocidos, en un bar de mala muerte, celebrando la jubilación de sus padres, hay que joderse, sus padres llevaban casi 30 años trabajando juntos y se conocen el día de la jubilación... Gente desconocida y viejos amigos, comida sin estilo, una tarde oscura, un día feo. Nada era bonito, nada era genial, a nadie le hubiese gustado la historia de su primer beso, de el día en que se conocieron, cualquier persona diría que es una historia cutre y sin romanticismo. Pero para ellos era perfecto, se conocieron, se gustaron, hablaron, rieron, y después se besaron. Y así empezó todo, y así lo cuentan, y así les gusta, sí... para ellos fue perfecto. Allí, en un bar de mala muerte, el día de la jubilación de sus padres, con 20 años, sin arreglar, ninguno se imaginaba lo que iba a pasar aquel día, por eso fue perfecto... Y ahora siguen juntos, casados, con hijos, felices, con una historia cutre que contar. Han vivido momentos preciosos, pero esa historia, la historia de aquel día nunca la olvidarán, porque quizás fue el día más perfecto de sus vidas, o uno de los más perfectos. 

Y es que no para todos la perfección significa lo mismo, lo perfecto es aquello que no podrías mejorar, aquello que no cambiarías por nada...