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26 de noviembre de 2010

Tenía que ser así, perfecto.

Es una noche preciosa, las estrellas iluminan el cielo. Creo que la noche más bonita de todo el verano. El aire es caliente y hace bastante calor. Estoy sentada en la toalla sobre la arena, en la fiesta de la playa. Supongo que a estas fiestas es mejor venir con pareja o con un grupo de amigos, al venir sola te quedas sola. Por eso estoy aquí alejada del chiringuito y del concierto, toda la gente está bailando o tomando algo en la barra pero yo me he cansado de mirar como el resto del mundo se lo pasa en grande, me he cansado de mirarle a él bailando con otra. Desde que me di cuenta de que me había enamorado de él odio estas cosas, es una pena pero estoy empezando a odiar quedar con mis amigos por que sé que él estará allí sin saber lo que siento. Es uno de mis mejores amigos, no le podría decir que estoy enamorada... no sé lo que podría pasar.
No puedo creerlo, viene hacía aquí. ¿Qué quiere? ¿Qué hace?
- Hola pequeña.
- Hola.
- ¿Qué haces aquí sólita?
- Mirar las estrellas... hace una noche preciosa...
- Sí, eso ya lo veo, pero ¿por qué no estás bailando en la fiesta con los demás?
- Bueno... la verdad es que no tengo pareja así que no tengo con quien bailar.
- No hace falta pareja... 
- Lo sé.
Se ha sentado a mi lado, dios mio... otra vez no. Últimamente cada vez que se me acerca mi me da la sensación oirá mis latidos acelerados. Tranquilo corazón, despacio...
- ¿Puedo sentarme contigo no?
- Sí, claro...
Pupumpupumpumpumpupum... corazón para, tranquilo. Es solo un amigo, un gran amigo, el amigo más guapo del mundo... ¡dios! A quien quiero engañar, yo no le quiero como a un amigo.
- Tenías razón, hace una noche preciosa, me encantan las estrellas... - Me ha sonreído, me acaba de sonreír, madre mía... corazón tranquilo, para...
- Y... ¿se puede saber por que has venido sola a la fiesta y luego te has apartado?
- No sé, supongo que no debería de haber venido. Es una mala idea venir sola, la gente viene con sus parejas y amigos y yo no tengo con quien bailar ni charlar... aunque no me importa aquí estoy bien.
- Bueno... yo he venido acompañado y ahora mismo tampoco tengo con quien bailar ni charlar. 
Otra vez, me va a dar algo... ojalá pudiera abrazarle, besarle... ojalá.
- ¿Y eso?
- Supongo que a mi pareja solo le interesaba venir conmigo para poner celoso a otro chico, y lo ha conseguido. Ahora me he quedado yo solo, pero me da igual, al final estoy bien acompañado.
¿Se refiere a mí? ¿A mí? Joder...
- Esto... ee... verás... yo...
- ¿Pasa algo pequeña?
- No, es que... bueno... joder... ¡mierda! Lo siento, soy incapaz. No puedo... no me atrevo. Olvídalo.
¿Qué coño estoy diciendo? Cállate, cállate, maldita imbécil. 
- Tranquila, ¿quieres decirme algo? Dímelo, no te preocupes. ¡Adelante!
Allá voy, venga enserio, dilo estúpida, ¡dile que le quieres!
- Te quiero.
- ¿Me quieres? Ya lo sé boba, yo también.
- No... no te quiero así, verás yo... te quiero. 
- Oh, ya entiendo... ¿me quieres? Pues yo también.
- No, no te refieres a lo mismo, tú me quieres como a una gran amiga. Yo a ti... te quiero.
- Ya, lo he entendido pequeña. Y sí, yo también te quiero.
Oh dios mio... ¿¡me quiere!? Pero... uups... me ha besado, nos estamos besando, me ha besado... ¡me ha besado! Le estoy besando. Sus labios saben a la última copa que se a tomado. Es perfecto. Le quiero, y me quiere. Me besa y le beso. ¿Qué pasa ahora? ¿Por qué se aparta?
- ¿Desde cuando me quieres así?
- No lo sé, un día me di cuenta de que estaba enamorada de ti... siento no haberme atrevido a decírtelo antes.
- Da igual, es perfecto. Tenía que ser así. Tenía que pasar hoy, aquí, bajo las estrellas, lejos de los demás, cerca de la orilla... tenía que ser así.

ÉL.