Él no creía en los amores a primera vista, ella tampoco. Sólo eran dos personas centradas en sus trabajos, con sus vidas planeadas, y de momento enamorarse no entraba en ninguno de sus planes. Pero un día a él se le calló la cartera en el bar al que va a desayunar, y justo aquel día ella entró por esa puerta a la vez que el salía porque, por cosas del destino, se le había averiado el coche en la entrada. Y, aquel día, ella vio la cartera caer, y se la devolvió a él. Y ahí, en ese momento los dos sonrieron y no pudieron evitarlo... tuvieron que empezar a creer en el amor a primera vista, y.. tuvieron que cambiar sus planes.