La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo in verosímil, que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos, y deja resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió.
Un afro americano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió.
Que los 'Barón Rojo' volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió.
Nadal desbancando del Nº1 a Federer,
una periodista convertida en princesa,
el 12-1 contra malta...
El amor, las relaciones, los sentimientos... no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores Imposibles, sino de amores Improbables; porque lo Improbable es, por definición probable, lo que es casi seguro que no pase es que pueda pasar... y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, ¡vale la pena intentarlo!
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