Por cierto, hay unas cuantas cosas que siempre quise decirte y nunca me atreví... ahora que esto se acaba pues... ¿sabes qué? Odio la manía que tienes de acariciar y oler mi pelo por la mañana, y odio el escalofrío que me recorre todo el cuerpo cuando lo haces. Eres insoportablemente divertido e inteligente. No soporto tu mirada porque me hace volverme loca, ni la sonrisa que pones cada vez que me ves. Y tus caricias y besos son los más odiosamente perfectos del mundo, y... lo que más odio es pensar que se acaban todas esas cosas y que posiblemente se las harás a otra, aunque no creo que nadie pueda llegar a odiarlas tanto como yo.
Hermosisimo. Me has provocado una pequeña lágrima y un doloroso recuerdo...
ResponderEliminarOh, gracias...
ResponderEliminarsupongo que a veces es bueno recordar...