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12 de octubre de 2013

Sin ton, ni son.


Por lo que me han contado antes la gente se esforzaba un poquito más en todo -o eso me parece que quieren que pensemos-. Hemos dejado de luchar por las cosas que verdaderamente importan, ni si quiera nos esforzamos en entender los sentimientos o algo. El romanticismo parece haber muerto, o lo hemos matado. A lo mejor nos hemos cansado de tanta película ñoña, de tanta sensibilidad, o yo que sé. Tampoco tengo muy claro qué narices quiero decir con esto. Es solo que me da la sensación de que nos encerramos en burbujas de egocentrismo y nos importa demasiado el qué dirán como para intentar sorprendernos a nosotros mismos, ya no se trata del resto... si no de nosotros mismos. Poder llegar a decir: joder, nunca pensé que sería capaz de hacer esto o aquello.
Ya da igual, solo soy yo escribiendo parte de mis pensamientos desordenados y desgastados sin ton ni son. Bonita expresión.

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