Odiaba aquel hospital, odiaba a la gente que le iba a visitar, y los que no. Odiaba a las enfermeras y enfermeros, a los médicos y a todo el maldito personal, odiaba a sus compañeros de habitación que iban y venían, odiaba el olor a enferme y medicinas, odiaba el tacto de las sábanas, las vistas desde la ventana, el sonido del ascensor que había junto a su habitación, odiaba su pijama, sus zapatillas, la comida, la bebida. Odiaba cada canal y cada programa que veía en la televisión. Odiaba todo aquello casi tanto como se odiaba a sí misma.
A veces la inspiración llega cuando menos te lo esperas, o de quién menos te lo esperas. Tanto odio es triste, hay que encontrar cosas que amar.
Muy identificada con tu entrada...
ResponderEliminarvivir todos los días la misma horrible pesadilla
y no saber exactamente que es lo que realmente te gusta...
Buena entrada! Saludos! :)
Aveces suelo odiar todo también ):
ResponderEliminarbonita entrada .