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10 de enero de 2012

Dicen que una mirada vale más que mil palabras.

- Hola, ¿qué tal te va?
- Bueno... podría irme mejor.
- Ya, pero supongo que también podría irte peor... ¿no?
- Supongo.
- Deberías de empezar a ser un poco más optimista.
- Lo intento.
- Eso es mentira, tú solo sabes ver las cosas malas, quejarte, y ponerte en lo peor. Siempre que te pregunto qué tal me contestas que podría irte mejor, ¿sabes lo qué me encantaría que respondieses a esa pregunta?
- ¿Qué?
- Que te va de maravilla, que eres feliz y sobre todo cuando yo estoy cerca...
- Pero... ¿porqué iba a responder eso?
- No lo sé, yo si que soy optimista y me permito a mi mismo creer que tú también podrías estar enamorada de mi, cómo yo de ti.
- No sé que decir... yo... 
- A veces no hay que decir nada... también deberías de empezar a darte cuenta que una mirada puede decirlo todo.
- Hay demasiadas cosas que debería empezar a hacer según tú...
- Lo siento... yo no pretendo cambiarte, a mi me gustas tal y cómo eres... solo intento que seas un poco más feliz.
- Ahora mismo lo soy, soy feliz... porque me acabo de enterar de que el chico que me gusta siente lo mismo por mi, ¿te vale? ¿he sido lo suficientemente optimista?
- ...
- ¿Porqué no dices nada? Ah... claro... las miradas... 
- ¿Sabes lo que está diciendo mi mirada?
- Creo que dice que estás orgulloso de mi, que he aprendido a ser más optimista, que sabes que soy feliz... y... 
- ¿Y?
- Creo que tú mirada quiere besarme.
- Habrá que hacerle caso a mi mirada entonces... ¿la tuya también lo quiere?
- ¿No lo ves?
- Sí... también quiere.

4 comentarios:

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