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12 de marzo de 2013



Cómo no era capaz de decírselo a la cara, ni si quiera de enviarle lo que escribía se sentaba y tecleaba en el ordenador, para después de tirarse casi horas enteras escribiéndole a él terminar dándole al botón de borrar.   Le escribía lo mucho que él significaba para ella, le escribía recordando los pocos momentos que habían vivido juntos, les escribía bonitas y cursis palabras que ella misma odiaba decir, le contaba la verdad... y la verdad era que le quería, que le necesitaba y que soñaba con él dormida y despierta, que con una simple sonrisa suya conseguía hacerla feliz. Esa era la verdad, la verdad que nunca llegó a decirle. Por miedo, por vergüenza... por pura cobardía.

2 comentarios:

  1. esa sensacion por la que todos hemos pasado alguna vez...

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  2. La cobardía es un instinto de supervivencia supongo... Nunca he pasado en verdad por eso exactamente.....pero conozco bien de cerca la cobardía....si... somos muy buenas amigas. Pero si en realidad no hay nada...significa que tampoco hay mucho que perder y demasiado que ganar.

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